Hace mas de un mes
que nadie sabe nada
de la adolescente egipcia, Merhamet.
Una tarde tuvo que partir,
pues su familia
quería comprometerla
con un joven y adinerado Emir.
Y cuando cumpliera
la mayoría de edad,
con ese hombre,
que jamas amo,
sin piedad,
se debería casar.
Sus padres se sintieron
dolidos con su terrible decisión.
Y la desheredaron de sus bienes
por su acto de traición.
¡Donde estas, pequeña, Merhamet!
¡Que hace tiempo que nadie te ve!
Merhamet huyo de su pueblo
y una calurosa mañana
se sumo a una colorida caravana.
Y puede ser realmente cierto
los que afirman
que vive en un
oasis perdido en el desierto.
E ignorare a las malas lenguas
que juran que Merhamet,
en su largo viaje,
murió de sed.
Y a veces pienso
que por las noches
enciende velas e incienso,
se quita su velo
y con ojos tristes mira el cielo.
¡Que sera de la pobre Merhamet!
¡Que con diecisiete años
de su hogar se fue!
Su querida abuela
y sus compañeros de la escuela
rezan por ella;
y piden que, de una buena vez,
regrese con su gente la querida Merhamet.
"Ella esta bien", dijo a los curiosos un adivino.
Y por su esperanzadora predicción
le obsequiaron una jarra de vino.
Yo imagino a Merhamet,
montando un hermoso camello
y luchando contra el viento,
que llena de arena a su largo cabello.
Un Beduino soñó
que se quitaba su calzado,
pisaba con su furia su pasado
y descalza caminaba
por un sendero sin fin,
en el que todos la ignoraban.
¡Donde estas, pequeña, Merhamet!
¡Que hace tiempo que nadie te ve!
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