domingo, 23 de febrero de 2014

Salida nocturna

Eran las diez de la noche. Me sentía ansiosa. Estaba cansada de la escuela y de los sermones de mi madre. No sé por qué razón esa noche decidí romper con mis hábitos cotidianos nocturnos: cenar, leer un libro, encender la radio, apagar el velador y conciliar el sueño.

Abrí la ventana de mi cuarto y sigilosamente salté a la vereda. Mis padres dormían profundamente y estoy segura de que no escucharon nada.

Me dirigí hacia el parque, me senté en un banco y me puse a meditar sobre los últimos días de mi vida: la pelea con la profesora de matemática, la discusión con Rebeca, mi mejor amiga, y la partida de Guillermo, mi novio, que sin compasión, me abandonó.

-¿Qué hace una señorita tan joven a esta hora? - preguntó un anciano que caminaba sin rumbo.

-No es asunto suyo. No me moleste.- respondí de mala gana.

No estaba de humor para hablar.

¿Cómo seguiría mi vida? No lo sé , dije en voz alta.

La gente iba abandonando paulatinamente el parque y se retiraban a sus hogares a cenar.

Los interrogantes sobre mi vida y lo que tenía que hacer me torturaban. Me relajé y puse mi mente en blanco y me entregué a mi desesperación.

-¡Debes mirar hacia atrás! Recuerda como eras a los trece años.

Me sobresalté al escuchar esa voz. Miré hacia todos lados sin encontrar a mi interlocutor. ¿Estaré al borde de la locura?

-¿Quien esta ahí?- grité.

No obtuve ninguna respuesta.

En fin, regresé a mi casa y continué con mi penosa vida. Sin embargo, antes de dormirme, recordé esas palabras "fantasmales" dichas por nadie. Y pensé, ¿por que no? Recordaré como era hace cuatro años y tal vez pueda resolver mis problemas. Y así hice y las cosas cambiaron.




 

 
 

La muñequita de la juguetería


María es una muñeca
que vive en una juguetería.
Ella se esconde detrás
de las estanterías.
Pues con horror teme
ser vendida.
Y en serio les hablo,
ya que María no desea
ser jamás un regalo.
María, la muñequita de la juguetería,
se divierte con sus amigos
los juguetes de noche y de día.
Cuando se encuentra
con el camioncito José,
ella lo saluda
y lo abraza con euforia,
cada vez que lo ve.
María, la muñequita de la juguetería,
juega con las guirnaldas,
que forman parte de la decoración,
al mismo tiempo
que entona una bella canción.
María, la muñequita de la juguetería,
se sube al vagón de un trencito,
que está en oferta en salón,
y cuando llega a la primera estación,
les obsequia una sonrisa a todos los osos
de peluche con emoción.
María, la muñequita de la juguetería,
cuando tiene sueño
y está cansada,
se pone su colorido camisón,
y se va a dormir
a la casa de cartón
de su compinche
y títere, el león.
A María, la muñequita de la juguetería,
le encanta correr carreras,
por eso monta siempre
un veloz caballito de madera.
María, la muñequita de la juguetería,
hizo una vez un trato:
no discutirá jamás
con el arrogante sapo de trapo.
María es una muñeca
que habita en una juguetería.
Ella se esconde detrás
de las estanterías.
Pues con terror teme
ser vendida.




 
 
 
 

El pasillo que conduce a un imaginario castillo

En mi casa hay un misterioso pasillo
que conduce a un imaginario castillo.
Visitado por hadas malvadas,
expulsadas de sus moradas,
por ser haraganas y malhabladas.
En mi casa hay un misterioso pasillo
que conduce a un imaginario castillo.
Sólo visible durante las noches oscuras,
cuando mis padres duermen,
y el insomnio me tortura.
En mi casa hay un misterioso pasillo
que conduce a un imaginario castillo.
Y las leyendas dicen de todo.
Incluso que su primer habitante
fue un sanguinario hombre lobo.
En mi casa hay un misterioso pasillo
que conduce a un imaginario castillo.
Frecuentado por malignas brujas adolescentes,
que elaboran conjuros para perturbar a la gente.
En mi casa hay un misterioso pasillo
que conduce a un imaginario castillo.
Construido muchos años antes
de la llegada al reino
de las hordas de gigantes.
En mi casa hay un misterioso pasillo
que conduce a un imaginario castillo.
Y es muy certero
los que afirman que está embrujado
por el fantasma de un príncipe hechicero.
En mi casa hay un misterioso pasillo
que conduce a un imaginario castillo.
Iluminado por antorchas,
que mágicamente se encienden.
Y los elfos de la comarca sostienen
que, para alejar el terror,
cientos de duendes las prenden.
En mi casa hay un misterioso pasillo
que conduce a un imaginario castillo.
Cuyas ruinas están cerca de un mar
peligroso y tenebroso.
Por eso las almas en pena
deliran con las bellas sirenas
sin escrúpulos,
que cantan a la hora del crepúsculo.
En mi casa hay un misterioso pasillo subterráneo
que conduce a un castillo imaginario.
Y allí suceden hechos maravillosos, inexplicables y extraños.




 

domingo, 16 de febrero de 2014

La detective adolescente

Ella es Mabel García,
la adolescente policía.
La que nos protege todos los días
de los malvados delincuente
que constantemente
persiguen a la gente.
Ella es Mabel García,
la adolescente policía.
Y nadie miente
cuando dicen que mañana
será ascendida a teniente
por ser tan valiente.
Por eso, el sábado,
hará una fiesta para festejar,
y con sus amigos
con gaseosa va a brindar.
Ella es Mabel García,
la adolescente policía.
Que con dieciséis años de edad
es la mejor detective de la ciudad.
Y a pesar de su trabajo,
siempre está estudiando
y le va regio
con las tareas del colegio.
Ella es Mabel García,
la adolescente policía.
Y en los recreos,
sentada en una hamaca,
exhibe con orgullo
su dorada placa.
Ella es Mabel García,
la adolescente policía.
Y es muy meticulosa,
cuando investiga
una escena del crimen.
Pues no quiere
que a nadie más lastimen.
Ella es Mabel García,
la adolescente policía.
Y cuando su jefe
por la radio la llama,
se escapa de la escuela
a toda velocidad
en busca de la verdad.
Y, en un breve momento,
llega al destacamento.
Ella es Mabel García,
la adolescente policía
Y cuando le asignan un caso,
paso a paso,
analiza con cautela las pistas,
porque es muy exigente
y le teme al fracaso.
Ella es Mabel García,
la adolescente policía.
Y odia las armas;
para ella, los problemas
se soluciona con calma.
Ella es Mabel García,
la adolescente policía...






 
 
 
 
 
 
 




 
 
 
 
 
 
 






 
 

martes, 4 de febrero de 2014

Azucena siente mucha pena

Azucena siente mucha pena,
pues ayer sus malvados padres,
castigaron a su perrito
para que no moleste y no ladre.
Azucena siente mucha pena,
pues piensa que los adultos
son fríos y  autoritarios
porque siempre le censuran
sus interesantes comentarios.
Azucena siente mucha pena,
pues, para ella,
sus amigas le tienen odio
porque no consigue ningún novio.
Azucena siente mucha pena,
pues es ignorada
por su querida prima Mariela,
que por no "estar a la moda",
dice que se viste
como una abuela.
Azucena siente mucha pena,
pues en la escuela,
su profesor de historia
sostiene que no estudia
y no tiene buena memoria.
Azucena siente mucha pena.
Su adolescencia le duele
y solo desea volver a ser una nena.
Azucena siente mucha pena,
y tiene en mente
dejar de ser una chica tonta y buena.
Azucena siente mucha pena
y, a partir de ahora,
la frase "no me simpatizan 
las personas mayores"
será su nuevo lema.
Azucena siente mucha pena.
Y, desgraciadamente,
su rebeldía corre por sus venas.
Azucena siente mucha pena...