Llego el día más esperado. Hoy le confesare mi amor a Lucrecia, la chica más linda de la escuela. Debo aclarar que ella además es mi amiga. Esta noche la invitaré a comer hamburguesas.
-Siento, muchas cosas por ti Lucrecia.
- Creo que te confundes, Luciano. Yo te veo como un amigo- se levantó de la mesa y se fue.
Su rechazo me dolió profundamente.
¿Qué podía hacer? Me siento angustiado.
-Mozo, nada de hamburguesas, papas y gaseosas ¡Pasaré directamente al postre!
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