sábado, 11 de mayo de 2024

Historias de 1988:El Fantasma de la Cancha

1973.Ese año, Independiente ganó su cuarta Copa Libertadores en Quito.El partido se jugó un jueves.El domingo tenía que jugar con Racing por el Torneo local.Era la oportunidad de mostrar la copa a los hinchas y dar la vuelta olímpica en su cancha. El sábado los jugadores de Independiente entrenaron.Nicolás, el Papa de Alejandro, junto a Julio, su amigo, asistieron al entrenamiento.El técnico, un tal Santiago Bermejo, ideó una táctica para usar el domingo en los tiros de esquina. En la práctica también estaban algunos miembros de la hinchada.Estaba el líder, un tipo rudo de apellido Pajoni, y Esteban Porrito, que es el protagonista de está historia. Llegó el domingo.Indepentiente fue recibido con euforia por parte de los hinchas.El partido con Racing se perdió.Se intento poner en práctica la táctica del técnico Bermejo, pero Racing, la bloqueo inmediatamente, como si supiese que la iban a aplicar. Al día siguiente los diarios publicaban:"Batacazo en Avellaneda.El Campeón de América perdió contra Racing, que está anteultimo en la tabla". Días despues, Julio llamó a Nicolás por teléfono. -Parece que Porrito le paso información por guita a la gente de Racing!Por eso adiviniraron la táctica! Nadie volvió a verlo.Las malas lenguas decian que Pajon y sus amigos de la hinchada lo arrojaron al Riachuelo. A partir de entonces y hasta 1988, empezaron a ocurrirle a Independiente hechos inexplicables.Jugadores que llegaban tarde al partido por no poder salir de sus casas, árbitros que cobraban faltas a jugadores que no estaban y que ellos juraban ver (algunos ya fallecidos), ruidos extraños y psicofonias en los vestuarios, apariciones de jugadores muertos hacia décadas en las inmediaciones de la cancha, llamadas telefónicas espeluznantes en la madrugada a los miembros de la Comisión directiva del Club, etc. Así nació la leyenda del "Fantasma de la cancha", relacionado a la misteriosa desaparición de Esteban Porrito. Jueves 22 de diciembre de 1988.Ese día se jugaba la fecha 19 del torneo 88/89.Era jueves.Independiente se enfrentaba a River de visitante. El viernes anterior, Alejandro se despedía de la Primaria, se cerraba una etapa. Nicolás, que en esa época tenía un Gacel de color marrón claro, lo paso a buscar y se dirigieron hacia Núñez.Llegaron temprano, faltaba más de una hora para el partido.Para hacer tiempo, fueron a tomar un café sobre la avenida Del Libertador. Sacaron las entradas y se dirigieron a la tribuna visitante. -Esperame acá que me cruzó al kiosco a comprar unos Jockey!Me quede sin puchos! - dijo Nicolás. Alejandro era el último en la fila.Mientras esperaba, un hombre paso abruptamente por su lado.No le vio el rostro, lo vio de espalda, vestía de negro.Se dirigia apurado hacia el acceso de la cancha y lo perdió de vista.El tipo se esfumó como por arte de magia. El partido empezó.River atacó los primeros veinte minutos. Tenía sed y le pregunto a Nicolás si le compraba una Coca fria. -Si, dale!Si ves al vendedor, llamalo!Yo también tengo sed! El vendedor estaba diez gradas más arriba.Le hizo seña. -Que miras?Te vio el de la Coca? - dijo Nicolás. -Hay un tipo con un espejo...- dijo Alejandro sin terminar la oración. Era el mismo hombre que lo empujó en la fila. Villaverde, defensor del Rojo, derribo a un jugador en el área.Penal para el local.Lo ejecutó con maestría Pasarella.Gol de River Plate. -Se volvió loco el defensor!En lugar de patear la pelota, derribó al de River! - grito Alejandro. -Esto es obra del Fantasma de la cancha! - respondió Nicolás. Le contó la leyenda del Fantasma. -Voy al baño!Ya vengo! - dijo Alejandro. -Sabes donde queda? - pregunto Nicolás. Respondió que sí.Salió corriendo y bajo las escaleras saltando escalones.Llegó a la salida. -Ya vengo!Voy a buscar algo! - dijo al hombre que custodiaba el acceso al sector visitante. Corrió hacia la tribuna local.Sabia que Jero, su mejor amigo y compañero de 7mo grado, estaba en la Popular de River con su papa, era fanático de ese club. Se metió entre la hinchada de River.Todos lo miraban, tenía puesta la remera de Independiente, la de la publicidad "Mita". El Nono, jefe de la hinchada, lo increpó. -Pibe, o te sacas esa camiseta o sos boleta! - dijo. Jero lo vio y le grito, pero Ale no lo escucho.Corrió y evitó que el Nono le pegara. -Para, Nono!Es amigo mío!Ahí se saca la camiseta! Alejandro se quito la camiseta de Independiente.No quedo en cuero, tenía una musculosa abajo, que para su suerte no era roja. -Te volviste loco! - dijo Jero. -Ocurrió algo muy raro!Creo que fue el Fantasma de la cancha! - dijo Alejandro. -Quien? - exclamo Jero. Le narró la leyenda como hizo Nicolás. -El penal no fue penal!Un tipo, en la tribuna, encandiló con un espejo a Villaverde y en lugar de patear el balón, le pegó al delantero de River! - dijo Alejandro. -Esa historia es absurda!Fue un penal más grande que una casa!Estas loco!Vos queres que te ayude y perjudique a River? - dijo Jero. Alejandro dio media vuelta resignado y busco la salida. -Esta bien!Te voy a ayudar! - dijo Jero. Volvieron a la tribuna visitante.En la platea, la gente aplaudía. -Que sucede? - pregunto Jero. -Llegó Pedro Ico!El presidente de Independiente! Tenían que encontrar al tipo del espejo y elaboraron un plan. -Intentemos llegar al vestuario visitante!Empecemos por allí! - sugirió Ale. Los guardias relajaron la seguridad, ya que estaban concentrados en el partido.Circunstancia que aprovecharon los amigos para ingresar al vestuario. Se escucho un gol.Era Ludueña que empataba el partido. -Gooool! - le grito Alejandro a Jero en la cara. -Como sabes quien lo hizo?Estamos en el subsuelo! - dijo Jero. -Lo intuyo! - respondió Alejandro. Alguien, en voz muy baja, lo llamo.Este se dio vuelta. -Julio!Que haces acá? - dijo. Julio era el mejor amigo de Nicolás, tanguero y ultra fanático del Rojo. -Estoy vigilando que nadie toque las cosas de los muchachos, los jugadores!Le temen al Fantasma de la Cancha!Me lo pidió el Bocha! - dijo Julio. -Y te perdiste el partido? - dijo Alejandro. -Lo veo esta noche!Me encontré con tu viejo en la Popular!Te estaba buscando! -Si, ya vamos para allá!El es Jero, un amigo de la escuela! - dijo Alejandro. Julio saludo al hincha de River. -Creo que vi al Fantasma en la fila y en la tribuna!Con Jero lo estamos buscando! - dijo Alejandro. -Es una leyenda!No hay que darle bola!Los jugadores son supersticiosos y creen en esas pavadas! -Creo que interfirio en el penal! - agregó Alejandro. -No se que creer, pibe!Bueno, los dejo!Ya casi termina el primer tiempo!Y los muchachos se van a bañar!Tengo que prender el calefon!Vengan a casa esta noche, pedimos una pizza y vemos el partido! - dijo Julio y se alejo. Quedaron solos en el vestuario.Se escucho que alguien cerraba la puerta con llave y apagó la luz. -Es el Fantasma!Estoy seguro! Escondamonos! - dijo Alejandro. Tenia un llavero-linterna que emitía una luz muy suave. -Escondamonos debajo de la mesa! - sugirió Jero. Se escuchaban pasos hacia el sector de los casilleros, que guardaban los efectos personales de los jugadores.Después ruido, el Fantasma los estaba abriendo con una ganzua. -Ese tipo es como un gato!Puede ver en la oscuridad! - dijo Jero. -Es un fantasma!Los fantasmas ven en la oscuridad! - dijo Alejandro. Los dos rieron como lo que eran, dos chicos de doce años. Empezaron a golpear la puerta.Alguien la estaba forzando para abrirla.La cerradura cedió e ingresaron el Presidente Pedro Ico, Insua y el Bocha.El partido estaba demorado, ya que el equipo del Indio Solari no podía acceder al vestuario. La luz se encendió. -Alto!Sabemos que estas acá!Te vimos entrar!Tenes un minuto para salir! - grito Pedro Ico. La decepción los invadió a todos cuando revisaron cada centímetro del vestuario y no encontraron al Fantasma de la Cancha. -Maldición! Se nos escapó! - dijo Insua. -Volvamos a la cancha!Tenemos que ganarle a River! - dijo el Bocha. -Pero no nos bañamos ni cambiamos! - respondió Insua. -Jugaremos así!Lo haremos después del partido! - dijo el Bocha. Nicolas se volvió loco buscando a Alejandro.Cuando lo encontró, le pidió una explicación y este le contó la verdad. -Y lo atraparon? -No, se escapó!Pero ya lo vamos atrapar! - dijo Alejandro. Alfaro Moreno dio vuelta el partido con un golazo. Ganó Independiente 2 a 1 y todos estaban felices, menos Jero y el resto de los hinchas de River. Finalizó 1988 y termino la primera ronda.El Rojo quedó puntero indiscutible. 1989 traería para Independiente la esperanza de salir campeones del torneo.En un año para el país donde todos deseaban un cambio económico, la hiperinflacion del gobierno de Alfonsion había empobrecido la Argentina, y político con las elecciones Presidenciales de mayo. Fin

domingo, 5 de mayo de 2024

Los Primos Aventureros:El Jarron azul

-Quiero que traigas de nuevo el jarrón! - exigió la madre. -Lo tiene Don Juan!Primero lo tiene que limpiar!Estaba embrujado! - grito Nicolás. Corría el año 1983 y los padres de Alejandro peleaban todo el tiempo.Años después, el niño supo que para esa época su Papa Nicolás ya salía con G. Para echar gasolina al fuego, G. le había recomendado un curandero, un tal Don Juan, ya que afirmaba que le habían hecho un "trabajo" que lo estaba perjudicando en lo económico y personal.El negocio no funcionaba, su mama, la abuela de Alejandro, había muerto dos años atras y su matrimonio era un fracaso. El profesor de Gimnasia del Colegio San José, Mauricio Myers que trabajaba para la Asociacion Nacional de Inteligencia, le propuso a Alejandro ser Agente Secreto.Este aceptó y llevo a Diego, su primo, para que se una al equipo. Las discusiones en la casa por el jarrón azul no cesaban.La madre y Nicolás peleaban todo el tiempo.Un recreo, después de jugar a las figuritas de "Titanes en el ring" con su compañero de clase Andrés y su hermano, hablo con Myers. -Necesito recuperar el jarrón!Quiero que sea nuestra primera misión! -Les puedo entregar las linternas de Agentes Secretos, pero si la usan, se enterara la A.N.I y estaremos todos en problemas! - respondio el profesor Myers. -No importa!Nos las arreglaremos sin ellas! - dijo Alejandro. -Entonces, mucha suerte con el Jarrón!Tenes alguna pista? -Creo que si!En estos días viene Diego de S.I y elaboraremos un plan! - dijo Alejandro. Hacia un mes que Toni, el perro que tenían suelto en la terraza había muerto.Así que los Primos subieron y charlaron allí.Cuando el perro vivía, sólo el abuelo Alejandro se atrevía a subir y alimentarlo, era un perro peligroso y agresivo. Diego llegó el viernes y elaboraron el plan.Tenían que encontrar a Don Juan y recuperar el jarrón. Esa semana, G. le había dado a Nicolás una perrita, que llamó Canela.Eso fue a raíz de la muerte de Toni y era para reemplazarlo.La perrita ladraba todo el dia.Por la tarde, la madre, cansada de los ladridos, la arrojó sin piedad a la calle.Cuando Nicolás llegó del negocio y se entero, discutió con ella y terminó destrozando contra el suelo una cámara polaroid importada.Alejandro y Diego escuchaban los gritos desde la habitación de aquel, mientras planeaban como escapar esa noche de la casa. Cuando los padres se durmieron, los primos salieron y tomaron un taxi. -A dónde van? - pregunto el taxista. -A Ciudadela Sur!Esta es la dirección! - dijo Alejandro y le entregó un papel. Conocía la casa de G.Una vez fue a almorzar.El hijo, que trabajaba en el negocio, lo llevo.Después de comer, G le regalo un bandoneon de juguete. Bajaron del taxi y tocaron el timbre.Atendió el padre de G. -Necesito ver a su hija! - dijo Alejandro. -Vos sos el hijo de Nicolás, pibe? - dijo el hombre. Alejandro le dijo que sí. -Pasen! Subieron a la planta alta.G estaba en la cocina con Patri, su hija. -Buenas noches, G!Iré al grano!Necesitamos la dirección de Don Juan! - dijo Alejandro. -Tu Papa sabe que viniste? - dijo G. -Si, sabe! - mintió Alejandro. -Para que quieren la dirección? -Queremos que nos haga un "trabajo"! - agregó Diego con sarcasmo. -Se las doy, pero vuelvan a sus casas! - dijo G. Salieron y subieron a un taxi que llamó G. -No vamos a Palermo!Llevenos a Ciudad Evita! - dijo Diego. El barrio donde vivía Don Juan era peligroso.En las esquinas vendían drogas y había mujeres de dudosa reputación. La casa del brujo era precaria.En el barrio no había ni asfalto ni red cloacal. -Esa es la casa!Prepara las linternas! - dijo Alejandro. -Si no las podemos usar!Eso dijo el profesor Myers! - respondió Diego. La casa no tenía tiembre.Había cinco perros en el jardín que no paraban de ladrar. Don Juan abrió la puerta.Los Primos lo apuntaron con sus linternas. -Quieto o le volamos la cabeza! - gritaron. -Quienes son ustedes? - dijo Don Juan. -Venimos a buscar el jarrón azul!El que le dio mi papa! - dijo Alejandro. -Tu debes ser el hijo de Nicolás!Te vi una noche que fui a curar a tu papa en Palermo! - dijo Don Juan. -Traiga el jarrón! - gritó Diego. -Lo lleve al cementerio! - respondió el brujo. -Maldición!Lo que nos faltaba!Vayamos a buscarlo! - dijo Alejandro. -Ese jarrón esta maldito! - dijo Don Juan. El brujo tenía un rastrojero que era de su cuñado y que arrancaba cuando queria. -Suba al coche!Usted no va a llevar! - grito Alejandro. Subieron y, después de intentar diez minutos para ponerlo en marcha, arrancó. El cementerio estaba cerrado, eran más de las dos de la mañana.Tuvieron que ingresar por un boquete que había en el muro y que hacia años requería trabajos de albañilería. Don Juan había enterrado el jarrón en una tumba anónima.Como la noche era profunda, no había Luna, les costo encontrarla. -Allí hay una pala!Tomela y desentierre el jarrón! - ordenó Diego. Alejandro lo apuntaba con su linterna.Intuía que el brujo era peligroso. Después de cavar cinco minutos, saco el jarrón, que estaba dentro de una bolsa de nylon. Cuando se disponían a regresar, se dieron cuenta que Don Juan había desaparecido.Fue cuando Alejandro tomó el jarrón y lo metió en su mochila; Diego se había adelantado unos pasos.Fue un segundo de distracción. -Ya no lo necesitamos!Regresamos a Palermo antes que se despierte tu mama! - dijo Diego. Se escucho una voz grave que quebró la paz del cementerio. -Ese jarrón es mío!Mío! Era Giuseppe Lo Zio, el enemigo de la A.N.I, de Myers y ahora el de ellos.Como era su primera misión, no lo reconocieron.Myes le hablaba todo el tiempo de Lo Zio y el Dr Dalton, miembros de la "Organizazione', la mafia italiana que estaba azotando al mundo con su maldad y criminalidad. -Corramos y salgamos de aquí! - grito Alejandro. Todo el suelo comenzó a temblar.Las tumbas se abrieron por la vibración del suelo y los muertos empezaron a escapar de sus derruidos y podridos ataúdes. -Dios!Configuramos nuestras linterna en modo "traslación"! - dijo Diego. -Pero el profesor Myers dijo...! - dijo Alejandro. -Al diablo Myers! - grito Diego. Desparecieron cuando los zombis estaban a dos metros de ellos dispuestos a devorarlos.Un minuto después estaban en el cuarto de Alejandro, en la casa de Palermo. -Es hora de descansar! Durmamos!Son las tres de la madrugada! - dijo Alejandro. Al otro, día la madre se encontró con una caja al pie de la escalera.La abrió y sacó el jarrón azul. Nunca supo como apareció allí. G. no le contó nunca a Nicolás el encuentro con los primos la noche del viernes. -Fue la magia de Don Juan!Uso sus poderes para devolvernos el jarrón! - le dijo Nicolás a su esposa. 1974.Rubén trabajaba como empleado en el negocio con Nicolás.Además eran muy amigos.Un domingo de invierno paseaba por San Telmo con su novia.Paso por una tienda de antigüedades y vio un jarrón azul que lo deslumbró. -Es hermoso!Se lo puedo regalar a Nicolás para su casamiento! - dijo. -Y no es caro!Hasta lo podes pagar en cuotas!Dice que es de origen Italiano! - dijo Marisa, la novia de Rubén. 1946.Meses antes de que Giuseppe Lo Zio destituyera al Dr Dalton y regresará al planeta Urano, este, para vengarse, mandó a saquear su residencia.Entre los objetos de valor, se encontraba un jarrón azul perteneciente a su abuela.Esta lo crío, ya que sus padres lo abandonaron a los tres años.Para Giuseppe, ella era su verdadera madre. Cuando le robaron el jarrón, juro recuperarlo a cualquier precio. 2023.Los Primos Aventureros forman parte del pasado.Alejandro se convirtió en escritor y músico.Diego se caso y es un exitoso empresario en Informática. En su departamentos ya prácticamente no queda nada de 1983, salvo algunos recuerdos y un jarrón azul arriba de un mueble. Un sabado, mientras sacaba polvo con un plumero, sin querer movió el jarrón.Lo sostuvo a tiempo, sin embargo su tapa cayó y se rompió. Esa tapa nunca nadie la había quitado.Inconscientemente, supo que no era un buen augurio, y no se equivoco. Esa noche, lo despertó una voz. -Ese jarrón es mío!Mío! Abrió los ojos y vio una sombra que atravesó su cuarto en dirección al pasillo.Lo primero que pensó fue que se trataba de un ladrón.No tenía armas desde que dejó de ser un Primo Aventurero.Sin embargo, todavía guardaba su vieja linterna en el cajón de la mesita de luz.La tomó y se preparo para revisar todo el departamento. El living estaba oscuras.Encendió la luz y descubrió una presencia sentada en el sofá.Era el Brujo Don Juan con el jarrón azul en su regazo. Disparo la linterna y el rayo atravesó al Brujo como a un fantasma. -Ja, ja, ja! - rio Don Juan. Giro la cabeza y lo vio detras suyo. El Brujo sacó un revolver de su bolsillo y lo estaba apuntando. -Ahora morirás y yo me llevaré el jarrón para entregárselo a Lo Zio! Se escucho un estampido, la puerta había volado en mil pedazos.Era Diego que, al activarse la linterna de su primo emitió una alerta de peligro, y, utilizando el modo "Traslación", llegó en minutos. -Suelta el jarrón o te vuelo la cabeza! - grito Diego. Don Juan puso el jarrón en el suelo y levantó las manos. -Gracias, Diego!Me salvaste la vida! - dijo Alejandro. -No fue nada!Llamaré a la Policía para que arrestan a este malviviente! - respondió Diego. Media hora después el Brujo era llevado en un patrullero a la Comisaría. Diego se excusó y se despidió, se le quemaba el asado que estaba preparando en su casa del Country. -Por que no venís conmigo y almorzamos juntos?Tenemos tantas aventuras para recordar!Me gustaria que se las cuentes a mis hijos! - dijo. -Será un placer!Vamos!Hace mucho que no como un buen asado y me encanta contar buenas historias! - dijo Alejandro. Subieron al auto de Diego y se dirigieron a las afueras de S.I City. Fin