lunes, 28 de julio de 2014

Mi fobia a los ascensores

Hace poco que llegue a esta ciudad. Mis padres decidieron mudarse y tuve que dejar a todos mis compañeros de la escuela y a mis amistades. No fue fácil.
Soy extranjera; nací en Inglaterra hace quince años.
Me llamo Aurora y creo que no soy tan feliz.
Ayer tuve mi primera sesión con mi psiquiatra. Sufro de fobias. Más específicamente tengo problemas con los ascensores. Cuando subo a uno de ellos siento que me falta el aire y me desmayo.
Hay una causa: hace dos años subí al ascensor de la escuela. Iba al cuarto piso y de repente se cortó el suministro eléctrico. Estuve allí desmayada más de seis horas.
Hoy empiezo mi primera clase en el gimnasio y para mí es un problema porque no hay escaleras y me angustia pensar que debo usar el ascensor.
Llegue al lugar. Me registre y me dirigí hacia el ascensor.
Allí había un señor que empezó a hablarme.

- Esta pálida. ¿Se siente bien, señorita?

- Creo que sí. Suelo descomponerme dentro de los ascensores.

- Tranquila, ya llegas al décimo piso.

Comencé a sentirme mal; se me nublo la vista y me desplome.
Cuando abrí los ojos, me encontraba en mi casa. Eran las ocho de la mañana.
“No es posible. No pudo haber sido una pesadilla”, pensé. Pero aparentemente lo había sido.
Me cambié y me dirigí (¿nuevamente?) al gimnasio.
Llegue al lugar y atravesé  el vestíbulo del edificio. Por poco me muero cuando vi al señor que subió conmigo en la pesadilla. ¿Fue una premonición? ¿Qué me estaba ocurriendo?

- ¿La conozco, joven? – me pregunto al verme.

- No…creo que no. No lo conozco. Me tengo que ir, señor…

Me puse muy nerviosa.  Presione rápidamente el botón del ascensor para llamarlo. Subí sola; no quería viajar con ese desconocido.
E increíblemente no me descompuse. Respire profundamente y llegue al décimo piso.
Y gracias a ese sueño o pesadilla mi fobia desapareció y por primera vez en mucho tiempo me sentí bien.

lunes, 21 de julio de 2014

Nancy en el legendario reino de "Lin mer"

Tocaron el timbre de mi casa. Era un hombre vestido con una túnica roja y tenia una barba muy larga.

- ¿Es usted la señorita Nancy Ronald?

- Si - afirme.

- Soy Gerald, el hechicero. Este paquete es para usted; contiene una varita magica y un pergamino con instrucciones.

Lo mire y supuse de que se trataba de un chiflado que se había escapado del manicomio.

Cuando estaba a punto de responder el hombre desapareció; se desvaneció por arte de magia. Me asuste muchísimo y entre a mi casa.
Abrí el paquete y encontré una varita de madera y un pergamino. Lo leí.
Decía que esta noche a las doce en punto se abriría un portal, debía atravesarlo y de esa forma llegaría al reino de "Lin mer", una tierra mítica y legendaria.
Supuestamente yo era la elegida por una milenaria profecía. "Cinco mil años después de la fundación de "Lin mer", una adolescente de raza humana, librara al reino de la temible bruja "Malicia".
Era absurdo seguir leyendo esas tonterías y deje un pergamino a un lado.
Me olvide de ese asunto; cene y me fui a dormir. A eso de las doce de la noche una intensa luz me despertó: era una puerta abierta. Y una grave voz pronuncio:
- Atraviesa el portal y cumple con tu destino, Nancy.
Una fuerza ciega me guio hacia la puerta y perdi el conocimiento. Cuando desperté me encontraba (lo supe mas tarde) en el castillo del rey "Jonax", soberano de los
elfos.

- Tu eres la elegida- dijo el rey- Tu nombre estaba escrito en el libro de nuestras profecías. ¡Liberamos de las bruja que nos gobierna hace mas de dos mil años!

- ¿Que debo hacer, su majestad? - respondí resignada. Todavía no sabia si lo que estaba viviendo era un sueño o una alucinación.

- En primer lugar, descansar. Mañana estará preparada tu armadura y tu espada. No debes olvidar tu varita mágica. Con las primeras luces del alba, llegaran
los ejércitos de los enanos y los gigantes.  Tu reino no posee rey desde hace cientos de años, por eso ayudaremos a liberarlo. Ademas, nosotros, los elfos, junto a muchos pueblos, somos victima del poder de ese ser malvado.Nos sublevaremos y atacaremos el palacio de la bruja " Malicia".

Al día siguiente partimos del castillo de la comarca de los elfos. Debíamos atravesar montañas, lagos y valles.

Después de dos días de viaje divisamos el tenebroso palacio. En seguida el ejercito de la bruja se dispuso a atacarnos. Eran trolls y dragones.

- ¡Déjenme a mi! - tome mi varita mágica y dije: ¡roccio, manatiak, azukr!

Y una gran bola de fuego quemo vivo a los trolls. Apunte hacia el cielo y los dragones cayeron muertos al suelo.

- ¿Como hice eso? No se nada de magia.

- Tienes un poder innato - respondió Scrauk, el monarca de los enanos.

Se oscureció el cielo abruptamente, y un rayo cayo y mato a varios gigantes. Los elfos y los enanos se esparcieron, huyendo del campo de batalla. Y me dejaron sola frente al palacio de la bruja.

De repente, una misteriosa mujer apareció de la nada. Estaba vestida de negra, usaba una larga capa y un sombrero con forma de cono muy gastado. Me miro y de sus ojos broto un rayo de color azul que impacto en mi pecho. Caí y creí que iba a morir.

- ¡Soy Malicia! Y tu debes ser "la elegida". Prepárate para morir, niña.

A pesar de sentirme muy dolorida, me levante y apunte mi varita hacia ella.¡Ricken, rocken!, pronuncie sin saber el significado de esas palabras. Ese hechizo hizo que la bruja fuera decapitada. Su cabeza rodó y su cuerpo estallo en mil pedazos.

- ¡Bravo! - Gritaron al unisono los ejércitos de los elfos, de los enanos y de los gigantes - ¡Somos libres, Nancy!

A la medianoche, atravesé el portal mágico y retorne a mi hogar con la promesa de regresar pronto al reino de "Lin mer". Todos los ejércitos me coronaron reina de esa tierra.

Al día siguiente fui a la escuela y volví a ser una adolescente común y corriente. Y repartí mi tiempo: los días de semana era Nancy Ronald y los fines de semana, la reina del legendario reino de "Lin mer".





martes, 15 de julio de 2014

El ultimo examen

Era el examen final de la ultima materia del secundario (matemáticas). Si lo aprobaba, egresaba. Había estudiado muchísimo, pues si sacaba una nota satisfactoria, mis padres me prometieron viajar a "Disney world".
Me senté en el pupitre. La profesora entrego rápidamente los exámenes. De repente, empece a sentir calor; me estaba sofocando. No podía respirar; me fatigaba. Me faltaba el aire.
"¿Que le sucede, señorita Fernandez?
Sin responder a esa pregunta, salí corriendo del aula, de la escuela, del pueblo. Con desesperación me dirgi hacia el bosque y  sin quitarme la ropa me zambullí en un arroyo. ¡Que alivio sentí!
El examen lo desaprobé y no viaje a "Disney world". Y desde ese día jamas pude acercarme a esa escuela ni a ninguna otra. Cada vez que lo intentaba, mi cuerpo
comenzaba a arder y a incendiarse por dentro.
Por eso llegue a la triste conclusión de que soy una ignorante, una burra afiebrada y sin conocimientos.


A la deriva

Floto a la deriva en mi balsa. Soy una adolescente que sucumbió en un naufragio hace un año. Mis padres fueron tragados por las aguas del océano. Ya perdí la noción del tiempo. Veo a los barcos pasar; me hacen señales de auxilio para rescatarme y me preguntan quién soy. Sin embargo yo los ignoro. Soy feliz en mi pequeña embarcación. Vivo de la pesca y del agua que junto con las lluvias.
A pesar de que extraño a mis compañeros de la escuela ,no quiero tener contacto con la civilización. Soy una alienada, pero también soy libre y nada me ata a este mundo que me produce pánico.

La adolescente loba

Para todo el pueblo fue inquietante la desaparición de Joahna Martínez, una joven de catorce años. Cuando iba a la escuela era una excelente alumna. Las últimas personas que la vieron aseguraban que tenía los ojos descentrados.
Ninguno se atrevió a revelar en voz alta lo que todos conocían: que Johana era una licántropo.
Sin embargo, no desconocían, que durante las lunas llenas, termino con la vida de todos aquellos incrédulos que negaban su condición de adolescente loba.
Cada noche, los rayos blancos de la luna iluminaban a la joven monstruo. Y esta se preparaba para atacar a los que no creían en su poder. Y el pánico invadió a todo el pueblo.

jueves, 3 de julio de 2014

¡Ya no soy una niña, mama!

Ya me canse de que mi mama me trate como a una niña. Tengo catorce años y me gustan todos los chicos de la escuela. Bueno, casi todos.
Ya tengo, prácticamente, el cuerpo de una mujer. Bueno, tal vez me falta un poquito para serlo.
Le puse un freno a mi madre.Fui practica; les contare que fue lo que hice.
Mi madre, el día de mi cumpleaños, acostumbraba a regalarme una muñeca, sin importar que su hija ya fuese una adolescente.
Llego el día de mi cumpleaños. Sabia que mi mama me vendría a buscar a la escuela con la muñeca mas grande de la jugueteria. ¡Que papelón!
-¡ Hola, mi vida! ¡ Feliz cumpleaños, tesoro! - me saludo mi progenitora- Te presento a tu nueva muñeca. Le he puesto nombre; se llama "Magui".
En ese momento, furiosa de rabia, agarre del brazo al primer chico que vi, sin importar que fuera lindo o un monstruo.
- Y yo te presento a Mauro, mi futuro esposo y padre de mis hijos.
Y de esa forma los problemas con mi madre terminaron.