lunes, 19 de mayo de 2014

Definitivamente, soy una diosa

Esta noche después de cenar, saldré a pasear con mi mejor amiga, Mica. Hace bastante que no salgo de noche y hoy tengo ganas de hacerlo .Y a pesar de que es lunes, no me importa; estoy de vacaciones y como no debo asistir a la escuela, no tendré que madrugar mañana. Y a parte ya cumplí dieciséis años y no quiero darle explicaciones a nadie...bueno, salvo a mis padres.
El pronostico del tiempo dice que sera una noche esplendida, estrellada y con una luna llena que bañara de luz toda la ciudad de Nueva York.¡Genial!
Desde esta tarde estoy pensando en el vestido que usare para la ocasión. Mi ropero tiene de todo y para todo los gustos, pues cada mes lo renuevo, lo vacío y lo vuelvo a llenar con las ultimas tendencias de la moda italiana.No hace falta aclarar que mis padres tienen muchísimo dinero, ¿no?
Amo las telas, ya que considero que forman parte de mi hermoso cuerpo, sin embargo es un material muy frágil, y yo no soy una joven frágil.
Ya elegí un vestido de encaje rojo muy llamativo. Pero ahora que lo pienso, en la calle me van a decir de todo.
¡Ay, me encanta la seda! Es tan suave a pesar de que se ensucia con tanta facilidad.
Y como pienso mostrar mis delicados y grandes pies de princesa (calzo cuarenta y uno), escogí unas sandalias de cuero muy bonitas.
Para rematar mi excelente gusto, me pondré una gargantilla de oro y brillantes que me obsequio uno de mis ex novios.Pero si salgo con ella, temo que algún sinvergüenza me la robe.
No es fácil ser una super adolescente bella y elegante como yo. Todo tiene sus pro y sus contra, ¿no?