jueves, 25 de septiembre de 2014

El circo, la lechuza y un deseo

Me escape de mi casa una noche fria de invierno. Mis padrastros no me comprendian; decian que era una persona muy rebelde. Y tal vez lo era, pues tenia dieciseis años de edad.
En esa epoca era bastante alta y parecia mucho mas grande.

-No barriste la cocina, ni ordenaste los cuartos. A ver cuando asumes tus responsabilidades- me decia mi madrastra a diario.

-¿Y que hago con mis deberes escolares? Mañana tengo un examen.

Me corregian en todo y me hacian trabajar como una esclava. Ademas estaba convencida de que era una molestia para mis padres. ¿Para que me adoptaron si jamas me quisieron?
La fuga de mi casa la planee despues de cumplir los quince años. Salvo mi mejor amigo, Guille, nadie conocia ese secreto.

-Pero, Julia, ¿que haras? ¿como vas a ser para no pasar hambre?

-No lo se, pero ya estoy harta.¿Y si me escapo con un circo? Podria convertirme en una payasa.

-Tengo un tio lejano que es dueño de una carpa de circo. Le puedo mandar una carta y hablarle de ti.

-¡Excelente, Guille! Por favor, hazlo.

La respuesta del tio de Guille llego dos meses despues. Queria conocerme y ver si era apta para ese oficio. Debia encontrarme con el en la ciudad de Rosario, lugar donde el circo haria sus presentaciones.
Recuerdo el ultimo dia en Buenos Aires.Fui al colegio, con la mejor sonrisa, pues no volveria jamas. Cuando sali me dirigi rapido a casa y prepare mis valijas. Mis padres no estaban. Cene algo rapido y cerre para siempre la puerta de mi hogar.
Tome un tren rumbo a Rosario. El viaje fue aburrido. En un momento el guarda del tren se me acerco.

-¿Que hace una señorita tan pequeña viajando sola?

-Viajo a la casa de mis tios- menti.

Llegue a mi destino y fui a conocer el circo y al tio de Guille.

-Mira pequeña necesito a alguien que limpie la carpa despues de las funciones.¿Estas de acuerdo?

Acepte el trabajo, a pesar de que me pagaba muy poco.
La mayoria de los artistas eran hombres; habia una mujer que era la maga del circo, pero renuncio a su trabajo y por esa razon en el espectaculo no habia magia.

-¡Adios, bonita! - me saludo uno de los payasos durante mi primer dia laboral.

No paraban de decirme piropos. Al principio era agradable, pero con el pasar de los dias, dejo de serlo.
La noche de la primera funcion llego y yo ya estaba preparada para hacer bien mi trabajo.
El espectaculo comenzo y al rato me aburri. Me parecio un show de muy poco nivel.El maestro de ceremonias presento a dos payasos, despues aparecieron cinco malabaristas y un equilibrista que caminaba por la cuerda floja a veinte metros del suelo.
Me dolia la cabeza y decidi salir de la carpa. Prendi un cigarrillo y tome un poco de aire fresco.
Recorri el lugar donde se encontraban los carromatos de los artistas. No conocia su interior, pues yo dormia dentro de la carpa, en un sucio colchon.
La curiosidad me llevo hacia uno que me llamo la atencion; era antiguo y se diferenciaba de las otros que eran de chapa y mas grandes.
La puerta estaba abierta. No se veia nada asi que encendi el encendedor.
Aparentemente, era el carromato de la maga de la compañia. Habia un monton de galeras de diferentes colores, jaulas con conejos y palomas.
En una repisa vi una varita magica. La tome y las luces se encendieron solas. Me asuste muchisimo.
Tome una galera negra me la puse y me mire en un espejo.
La luz empezo a titilar y senti una voz.

-¿Que haces intrusa?

Era una lechuza muy grande, casi tenia mi altura. Llevaba una tunica de mangas largas roja, un sombrero conico dorado y un baculo en su mano izquierda. Rapidamente corri hacia la puerta, pero esta se cerro de golpe.

-¡Eres una lechuza y hablas! No es posible. Estoy delirando.

- Soy Jacinta, la lechuza. Fui por mucho tiempo la mascota de la maga de la compañia. Y tu eres Julia, ¿no?

-¿Como sabes mi nombre?

-Eso no importa. Eres una niña, ¿no deberias estar con tus padrastros cenando y viendo television?

-Jamas fui feliz con ellos. Y no quiero hablar de ese tema. Me siento realmente estupida. Estoy hablando con una lechuza. Tu no eres real ¿no?

-En este mundo, no. Sin embargo, tal vez pueda concederte un deseo para calmar tu angustia y quizas pueda cumplirtelo.

-¿Un deseo? Que dificil. Dejame pensar. Seria maravillos vivir con mis verdaderos padres, los mismos que me abandonaron cuando naci.

-Te lo concedere, niña. Tienes mi palabra de honor. Pero a cambio te pedire algo.

-¿Que me pediras?

-Que bailemos un vals bajo este cielo estrellada. El vals que no pudiste bailar porque tus padres no quisieron celebrar tus quince años.

-Je, y donde sacaremos la musica.

-Yo me encargare de eso, pequeña - replico la lechuza.

Salimos del carromato.Hacia frio, mucho frio. En el cielo habia una luna muy brillante.
En un momento la lechuza levanto su baculo, apunto hacia la carpa del circo y, como por arte de magia, la hizo desaparecer.En su lugar se materializo una orquesta compuesta por conejos, vestidos con frac negro. Y la musica empezo a sonar.

-Esto no puede ser verdad, lechuza. ¡Es hermoso!

Y bailamos por horas.

-Vete a dormir, Julia, y cuando despiertes mañana tu vida sera la que siempre soñaste. Y cuando te acuerde de mi, pensaras que fui una ilusion.

-¡Adios, lechuza!

La carpa estaba nuevamente en su lugar. La funcion habia terminado y todos dormian.
Los gritos de una mujer me despertaron. En seguida supe que era la voz de mi verdadera madre.

-¡Arriba, Julia! ¡LLegaras tarde a la escuela!

Me encontraba en otro lugar.¡La lechuza habia cumplido con su palabra!
Baje a la cocina y conoci a mis padres. Los abrace y les dije que los queria muchisimo.
Esa noche senti un ruido; algo golpeaba la ventana de mi cuarto. La abri y vi dos ojos que me observan.Era una lechuza comun y corriente oculta entre las ramas de un arbol. Me miro fijo unos segundos y juraria que me guiño un ojo. Luego lentamente emprendio su vuelo.

-¡Gracias!-salude muy emocionada -¡Muchas gracias!







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