Me senté en el pupitre. La profesora entrego rápidamente los exámenes. De repente, empece a sentir calor; me estaba sofocando. No podía respirar; me fatigaba. Me faltaba el aire.
"¿Que le sucede, señorita Fernandez?
Sin responder a esa pregunta, salí corriendo del aula, de la escuela, del pueblo. Con desesperación me dirgi hacia el bosque y sin quitarme la ropa me zambullí en un arroyo. ¡Que alivio sentí!
El examen lo desaprobé y no viaje a "Disney world". Y desde ese día jamas pude acercarme a esa escuela ni a ninguna otra. Cada vez que lo intentaba, mi cuerpo
comenzaba a arder y a incendiarse por dentro.
Por eso llegue a la triste conclusión de que soy una ignorante, una burra afiebrada y sin conocimientos.
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